Otro cuento jugoso

Erase una vez un ciego. Un ciego que podía ver lo que pasaba a su alrededor. Un ciego que se jactaba de que todas las cosas pasaban para bien y no para mal. A decir verdad este hombre no era ciego de nacimiento, sino que su ceguera comenzó luego de un fuerte acontecimiento que estremeció su, hasta ese momento, apacible vida.
Resulta que este hombre estaba enamorado de una mujer. Una persona que, según él, le podía dar todo lo que él estaba pidiendo en ese momento: felicidad. Todo era miel sobre hojuelas. Eso era lo que él pensaba.
Después de un mes y medio de incesante felicidad y cariño y amor por montón, este tipo notó algo extraño en su acompañante: el cariño entre ambos comenzó a decaer muy lentamente hasta que llegó el momento fatídico en que la noticia estremecedora golpeó su vida: su pareja la engañaba con otro hombre...y a sus espaldas...y ella no le dijo nada.
El quería tratar de arreglar la situación. El quería tratar de reparar el daño...pero todo estaba perdido. Se sintió derrotado, amargado. Todo porque la persona que él pensó amar le jugó tan suciamente.
Sin embargo, este tipo aún seguía fijándose en esta mujer. Le daba lo mismo que esta mujer le hubiera jugado tan sucio, el todavía tenía esperanza de poder cambiar a esta persona pasara lo que pasara. Pero todo en su mente cambió repentinamente luego de que se enterara de que la relación entre su ex pareja y el tipo con que lo engañó ya se había consumado.
El tipo tomó un cuchillo y, a pesar de todo el dolor que él sabía que iba a sentir, decidió sacarse los ojos. Sólo para, según él, convertirse en un completo ciego...ya que había sido objeto de un juego. Ya que había sido ciego de mente para no darse cuenta del tipo de persona que era su ex pareja.
Ahora este tipo a veces se le ve caminando por la calle acompañado de un perro. A veces se le ve en una plaza sentado haciendo nada. Pero la mayoría de las veces se queda en su casa. Se queda acostado. Llorando lágrimas secas.



[Basada en una historia real...excepto el final]