sábado, 24 de noviembre de 2007 0 comentarios

La Creencia

12:15 de la noche. Ningún alma camina por la calle. Bajo la luz tenue de un foco en la esquina se aprecia la silueta de un niñito. Su caminar cansino y su cabeza gacha me llaman la atención. ¿Qué hace un niñito chico en una noche como ésta caminando solo? ¿Dónde están sus padres que deberían estar junto a él, en una noche como ésta?

A lo lejos se ven 2 adultos. "Supongo que serán los papás", pienso.

En efecto. Eran los padres del pequeño que lo estaban buscando. Gritaban al unísono "¡Esteban! ¡Esteban!". El pequeño apenas los escuchó tomó velocidad y salió corriendo hacia una plaza oscura, para que no lo encontraran. De puro curioso (y preocupado) lo seguí.

¿Por qué siempre esa casualidad de que cuando veo una historia ajena, la otra persona tiene la cara llena de lágrimas? No quería detenerme a pensar eso, sino la razon por la cual Esteban estaba llorando.

-¿Por qué lloras?- le pregunté.
-El viejito pascuero no existe...- me respondió.
viernes, 23 de noviembre de 2007 1 comentarios

El fin se acerca...


¿Cuántos días han pasado desde aquel día en que nuestras mamás nos fueron a dejar al colegio y llorábamos porque íbamos a entrar? ¿Cuántas aventuras, cuántos secretos, cuántas risas, cuántos llantos, cuántas sonrisas, cuántas caras largas, cuántas pruebas, cuántas tareas, cuántas peleas, cuántas anotaciones y cuántos rojos?

No me detendré a contar todos los días que han pasado desde aquel día. Sólo me detendré a rememorar, justo ahora que queda sólo una semana para dejar todo atrás.

Un montón de vivencias corren por mi mente. Un montón de vivencias que me sirvieron para bien o para mal. Algunas me dejaron lecciones de vida y otras, simplemente, fueron desechadas porque no me servían para nada. Un montón de gente que he aprendido a valorar y otra gente que no me dejó ninguna enseñanza importante, pero que igual quedará en mis recuerdos, porque fueron parte de mi vida por 12 años. Personas que se van y personas que se quedan.

Ahora estamos aquí. A 7 días de dejar ese verdadero "recinto presidiario" en el que fui recluido en marzo del 96. Después de 12 años de condena, estamos a 7 días de recibir un cartoncito que certificará nuestra libertad condicional por unos pocos meses. Pero hay que tomar en cuenta eso: será la última vez que nosotros cerraremos las puertas de las favelas de 4º medio. Y esta vez será para siempre.

Ahora sólo disfrutar nuestros últimos días como curso, porque luego sólo seremos conocidos y, algunos, seremos amigos.

 
;