domingo, 6 de enero de 2008 1 comentarios

Y se fue el 2007...

Harta gente me ha preguntado por qué no había escrito nada en este blog hace casi un mes y medio, y todo tiene respuesta en todo el estrés que significa salir del colegio para siempre y entrar a una nueva etapa en un abrir y cerrar de ojos.

Tantas ocupaciones ni siquiera me dejaron hacer mi propio resumen de lo que fue este año que se acaba de ir. Un año de altos y de bajos, más altos que bajos en todo caso.

A ver...¿cómo empezar? Difícil. Para mi este fue un año de mi maduración definitiva. Aunque todavia tengo actitudes de cabro chico para algunas cosas, hay otras situaciones que ya he sabido tomarle el verdadero peso y ya no hago todo a la ligera. Además, he cambiado en un punto muy importante para mi: ahora pienso las cosas antes de decirlas. Me demoro...pero las pienso.

También fue un año de días difíciles. He tenido que decirle adios (de cierta manera) a algunas personas que eran demasiado importantes para mi, pero al mismo tiempo conocía a otras nuevas.

Días difíciles, además, por el montón de enfermedades que me aquejaron: salmonella, principio de hepatitis y otras.

Pero, ¿por qué seguir acordándome de las cosas malas? Recordemos las cosas buenas.

Aprendí a conocer a un montón de gente que no conocía, mis amigos se transformaron en aún más amigos de lo que eran antes y terminé con relativo éxito mi etapa escolar.

Y una persona me hizo entender que el amor de verdad existe. Mi Danielita Alexandra. La persona con la que ya llevo casi 1 año 3 meses junto a ella. La persona a la que le entregué mi virginidad. Una de las pocas personas ajenas a la familia en la cual confío totalmente. Y la persona a la que amo con todo esto llamado corazón. ¿Cuántas cosas pasamos este año? ¿Cuántos momentos lindos pasamos? ¿Cuántos momentos duros pasamos? Muchos, por lo que yo recuerde. Y aquí estamos todavía. Seguimos siendo una pareja a la que la felicidad no se le acaba por ningún motivo. De hecho, crece y crece y crece.

Estoy orgulloso de decirle, mi amor, que este año por fin tiene mi completa confianza. Que por fin no me enojo porque salga con sus amigos y cosas así. No sé si usted me tendrá la confianza plena, pero por lo menos yo puedo decir que sí. Te amo demasiado y sé que esto tiene para rato.

Y, por último, puedo decir que este año fue una de las mejores cosas que me pudo haber pasado en la vida.

Y ahora...a esperar...A esperar que el 2008 sea aún mejor de lo que fue el 2007.
 
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