sábado, 30 de octubre de 2010 0 comentarios

Mi Vida Como Universitario (2ª Parte: Box)

10 de la mañana y una nueva clase de Cálculo II termina. Ya tengo los ejes X e Y dibujados en los ojos de tanto volumen y área y mil volás más. Ya estoy chato. "Vamo a jugar?", dice el Enzo. "Vamo a la biblioteca", dice el Felipe. "Vamo al Ekono?", digo yo.
A la larga esa latera rutina de ir al Ekono a comprar las típicas Frac y el infaltable jugo de naranja de litro me aburre. Extraño esos viejos tiempos de ir a pararse como imbéciles afuera del ciber, esperando a que el chino (de un parecido notable al nuevo vocalista de Journey) abriera la puerta y entrar con la música del "Tank" de fondo. La plata no da. Ya esas épocas del Left 4 Dead ("Lé for dé", para los amigos) quedaron atrás. Como dije, la plata no da.
Hace un frío de mierda. La noche anterior había llovido. La "lluvia mata pajaritos", como le dicen por ahí. Iván Torres tuvo su EPIC WIN anunciando que llovería y, por fin, achuntándole. Y el día que había amanecido despejado, de un momento a otro se convirtió en un asqueroso día nublado. "¡Uy, qué increíble que se haya nublado! ¡El día había amanecido (léase con tono ABC1) maravilloso!", vocifera una vieja que no sé si era auxiliar, profe o no sé que cosa.
Llegamos a la biblioteca del quinto piso, lugar donde se junta toda la fauna universitaria que hace hora, juega, toma desayuno-almuerza-come, escucha música, duerme y, en menor medida, estudia. En ese lugar lo más apetecido son esos 12 espacios con pizarra, 12 espacios personalizados raramente llamados "BOX". Siempre ocupados por un sólo weon/a, cuando en realidad allá adentro caben como 10. ¿Por qué chucha meterse a un box a encerrarse en su propio mundo? ¡Hagan vida social, mierda! O desocúpenlo, por lo menos, para que nosotros, los pobres niños que no tenemos nada que hacer, podamos enchufar los notebooks y jugar (¿pa qué andamos con weas? Si a los box nos metemos pa puro hacer hora de manera más comoda y reirnos de los demás que buscan desesperadamente un lugar donde anotar estupideces en la pizarra...).
La pelea por conseguir un box es notable. 3 mesas afuera de un sector de la biblioteca, justo cerca de los box 4, 5 y 6. Yo le eché el ojo al 5. Dos niñas que están estudiando Cálculo I y que ya deberían estar en clases. Al lado, un grupo de 5 weones que tienen una cara de carrete impresionante y que se les nota que lo único que quieren es meterse al box para dormir (no nos veamos la suerte entre gitanos). A nuestra derecha, otro grupito que parece conocer al otro. Todos peleando por conseguir un miserable box.
El Felipe y yo estamos esperando compañía para ampliar un poco la ofensiva. No podemos competir 2 contra como 10 personas. De repente se desocupa el box 12, ese que queda a la chucha, pero a la larga es el más comodo. El Felipe corre, mientras me doy cuenta que los weones que estaban ahí eran conocidos. Y pienso: "si el Felipe fue a sicopatear a los box de allá lejos, ¿cómo chucha no se dio cuenta que estaban esos locos?". Resultado: perdimos el box y ya hubiéramos estado "estudiando" que rato.
Un instante de distracción en el ejército y nos ganaron el box 12. Al ratito, otra distracción más y nos ganaron el box 4, ese que estaba al lado de nosotros. Y lo ganaron los weones que querían dormir. ¡Por la cresta! ¡Y lo primero que hacen al entrar es sacar los notebooks y jugar Fifa, mientras uno de ellos se tira al suelo con la mochila en la cabeza a dormir!
Llega el Enzo. Tratamos de hacer los ejercicios de Cálculo I que están haciendo las niñas del box 5, sin éxito. "Métanse los límites por la raja", pienso.
De repente, se ilumina la biblioteca y las niñas del box 5 se van. A mi mente vienen las fanfarrias del Worms Armageddon y esa voz estúpida de los gusanos gritando "¡Victoria!". El box 5 era nuestro...las horas de estudio, juegos, risas y demases, es otra historia.
¿Final? A todos nos fue mal en la prueba de Lineal y habrá que idear alguna manera de pasar las penas o desahogarse. Algo sin clases, sin box, sin biblioteca y sin ese enfermante bullicio de la biblioteca.

¿Un "Lé For Dé"?
martes, 26 de octubre de 2010 2 comentarios

The Time of Your Life


Mis compañeros de colegio lo sabían. Esuve años weando y esperando a que viniera Green Day a Chile. Era mi sueño de pendejo. De esas promesas que uno se hace y que no olvida jamás. Hace unos meses, cuando leí en el diario que venían...no salté, pero si me corrió una emoción por la sangre que es difícil explicarla. Por fin era el momento de ir a ver a mi banda favorita de toda la vida. Pero faltaba mucho aún. Y esa historia no merece contarse. La que viví en el concierto sí.
Quién sabe qué cresta pasó por nuestras cabezas al momento que cortaron la entrada. El ingreso al estadio fue caótico. Esa especie de embudo que hacían las rejas al entrar fue lo peor. Pero cortaron las entradas, la típica revisión de los pacos y listo. A correr se ha dicho.
Lo único que pensaba en ese momento era quedar adelante. Lo más adelante posible. Nunca se me pasó por la cabeza el cansancio. A esas alturas ni una wea importaba.
Eran como las 4 y algo de la tarde. Casi las 5. El sol pegaba fuerte. Ya nos había dejado pa la cagá allá afuera del estadio, esperando a que abrieran las puertas. Pero era lo de menos. Lo peor estaba por venir.
Justo cuando estábamos asegurando el puesto allá adelante, a unos pocos metros del escenario, comenzó el festival de empujones y falta de aire. Que empujaban para la derecha, otros para la izquierda, los que llegaron después que nosotros empujaban para adelante, los que estaban adelante empujaban para atrás...un caos total. La Dani no aguantó más. La falta de aire era mucha y no había ni siquiera una manguera para que nos mojaran un poquito. Salimos y todo volvió a la normalidad.
Ahora, para encontrar una ubicación buena, era lo más importante. Pero, a esas alturas, ¿qué importaba? La wea era vivir el momento. Daba lo mismo si lo vivías en galería, sentado tranquilamente en Pacífico o saltando y gritando en cancha...daba lo mismo. La cosa era vivirlo.
Luego de los respectivos teloneos de los BBS y de Attaque 77, apareció el conejo-rosado-borracho que empezó a animar al público bailando YMCA y weas raras, tomándose dos botellas de chela al seco y "bailando" medio mareado sobre el escenario. Ahí fue cuando le dije a la Dani "ya falta poco, ya falta poco".
9 de la noche en punto y se apagaron las luces. La gente grita (lógico, siempre que se apagan las luces en un concierto, hay que gritar xD) y se empieza a escuchar esa radio vieja sintonizándose. El que sabe, sabe: se escuchaba la voz de Billie Joe cantando "Sing us the song of the century...". Esa canción que el público niño-joven debería saberse, porque venía en el último disco. Ellos, no están ni ahí. Puro que gritan.
Veo la cara de la Dani y le veo los ojos vidriosos, con cara de "este momento lo esperé toda mi vida". Yo también esperé ese momento toda mi vida. De hecho, le había dicho que cuando empezara a sonar el piano de "21st Century Breakdown" me largaría a llorar de la emoción...dicho, pero no hecho. En el momento que empezó a sonar el piano y veía a los cabros saltar al escenario y a Billie Joe tomar la guitarra, sólo me tiritó la pera. Las emociones me las guardé. Pero lógico, estaba emocionado. Sabía que iba a ir al mejor concierto de toda mi vida.
Hueveo total en esa canción. Cuando escuché el "I say heeeeeeooooooo" y cuando caché que se venía la parte rápida de "21st Century Breakdown", recién asimilé que estaba en un concierto de Green Day y que la wea primordial era apagar la camarita, guardarla y pasarla bien. No como otros que se dieron la lata de grabar el concierto entero y ni siquiera disfrutaron. Y de pasadita, lo confieso: se me cayó una lágrima cuandó se escuchaba el "Oh, dream. Ameeeeerica dream..."
Puta que lo pasé bien. Y hubo mil momentos memorables. Las largas horas de espera afuera del estadio cantando desde canciones de Green Day hasta el mismísimo himno nacional. O como cuando un cabro se subió a pasarle una bandera chilena a Billie Joe en "Know Your Enemy" y el mismo cabro, bajo las órdenes de Billie, se tiró a la masa de gente. O cuando en "East Jesus Nowhere" se subió un pendejo y se hizo el muerto. O cuando se subió una mina (una de las tantas) en "Are We The Waiting" a besuquear a todos. O esa cabra que salió en la tele, a esa que le regalaron la guitarra cuando se subió a tocar "Longview". O cuando se subió el harén de minas a rodear a Billie Joe mientras cantaba "2.000 Light Years Away" y le dejaron un sostén de regalo. "El Presidente Billie Joe Armstrong", "Ladies and gentlemen, Miguelito Dirnt", el "¿Te gusta mi poto?" de Tré Cool en "King For a Day", el saxofonista disfrazado de Elvis y tocando la canción de Benny Hill en la misma "King...", el momento acústico con "Whatsername", "Wake me up When September Ends", "Time of your life", yo cantando esta última con los ojos cerrados y lagrimeando (emoción, de nuevo), la cara de la Dani aún con la expresión de "no lo puedo creer"...en fin. Un montón de momentos memorables para un recital que fue el mejor de mi vida. 3 horas que, lamentablemente, se me hicieron pocas.

Y como dice la letra de una canción de los cabros, "I hope you had the time of your life". Afortunadamente, para mí, tuve el momento de mi vida. Y fue el mejor.
martes, 12 de enero de 2010 1 comentarios

On Holiday...

Siempre que me pongo frente al teclado y digo "voy a dejar que mis dedos se dejen llevar", los weones se cohíben y no escriben nada más que un montón de palabras sin sentido. Entretanto, mi cerebro no trabaja y se queda flojeando, mientras los dedos escriben lo que se les plazca. Ni siquiera una idea. Ni siquiera un hilo de una historia. Nada. Trato y trato de pensar en algo que tenga la dignidad de ser relatado, pero nada. El cerebro parece que también se tomó vacaciones.
 
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