El Regreso de la Amargura

"Si pudiera sacar lo de ella lo podría guardar en un cajón. Por las noches abriría los broches y podría ver al fin el rostro que me hizo feliz. Y podría ver morir la pena en mí. No sabes cómo la amo yo. No sabes que me enamoró. No sabes cuanto de ella vive aquí. Las cosas que cambié y dejé por tí. Si pudiera moriría con ella. Robaría su alma y su corazón."

(Los Bunkers - Las Cosas Que Cambié Y Dejé Por Tí)

Y pensar que juramos que nuestra relación es 100% perfecta. Nada es perfecto en este mundo...dicen. Seguimos peleando. Seguimos discutiendo por estupideces.

Y amor...reconózcalo. No me lo niegue. Siempre soy yo el que tiene la culpa. El niñito impulsivo.

Reconózcalo.

Y mientras una lágrima quiere caer por mi cara (no la dejo) estoy escribiendo esto.

Con una amargura en el corazón. Con una tristeza en el alma. Como no la sentía hasta hace un buen tiempo.

Jugando A Ser Grande (Parte 2)

Que de un día para otro te llegue una angustia más a tu vida, que tengas que andar soportando un peso encima justo cuando está terminando el primer semestre y, gracias a esto, tus notas se vayan al carajo...todo eso de por sí ya es terrible.

Pero que de un día para otro te llegue la noticia de que todas tus suposiciones también se fueron al carajo y que "el milagro de la vida" tendrá que esperar otro tiempo (por suerte)...eso te relaja, te reconforta y te alegra.

Si estabas entrando a las vacaciones de invierno sabiendo que a tu pareja aún no le llegaba la regla y que dos días después de que hayas entrado a tus vacaciones tu pareja te diga con una cara de felicidad (por el MSN por lo menos) que le llegó...te hace vivir tus vacacioens completamente tranquilo.

Si esos días de profunda angustia tenías miedo de hacer cualquier cosa y tu única preocupación era que a tu pareja le llegara y que de repente te quites ese peso de encima...hace que te puedas tranquilizar y puedas, antes de dormir, rezar un rato y terminar con un "Gracias, Dios".

(Estrenando juguete nuevo)

Jugando A Ser Grande. (Parte 1)

Combinemos sentimientos. Angustia. Miedo. Alegría. Confusión. Desesperación. Nerviosismo. Amor. Deseo. Desenfreno. Eso es lo que se siente en este momento.

Nadie sabe qué decir este momento. Ninguno de los dos. ¿Qué puede ser? Ya lo hemos dicho un montón de veces: puede ser una bendición y una pesadilla al mismo tiempo. Bendición porque es una nueva vida que puede llegar. Pesadilla porque la angustia es demasiada. Pesadilla porque quién sabe qué personas nos van a apoyar. ¿Serán nuestros padres? ¿O nos van a venir con el mismo discurso de la irresponsabilidad y de que tenían que cuidarse (cosa que hicimos) y blablabla? Pesadilla porque el costo de que llegue una nueva vida a este mundo puede ser irreparable. Bendición porque puede ser una de las cosas más lindas de toda esta vida. Algo más hermoso de lo que ya hemos sido capaces de hacer entre nosotros dos.

En fin...no hay caso. No puede pensarse algo exacto. No se puede elegir una opción. Lo único que puede hacerse es esperar. Y si pasa...asumir una responsabilidad más. Y si no pasa...hacer lo posible para que no vuelva a pasar. Por lo menos por ahora.

¿No nos gustó jugar a ser grandes? Hay que asumirlo ahora.

Pero ya sabe amor. Aquí está su novio. El diferente a todos los demás. El que estará ahí apoyándola pase lo que pase. Sea lo que sea. El que la amará incondicionalmente. El que nunca la dejará.

Solo resta decir...Que sea lo que Dios quiera.

Sed de nostalgia...

¿Por qué me está pasando todo esto? Algo está pasando por mi cabeza, que me estoy acordando de todos los momentos buenos que he vivido con usted, mi amada Danielita Alexandra. Como que quiero que se vuelva a repetir todo lo lindo que existe entre nosotros. Como que quisiera que nuestra felicidad fuera tan eterna como el tiempo.

¿Sabe de qué me acordé? De nuestro primer encuentro. Nuestra preocupación para que todo saliera bien. Su nerviosismo. Mi aparente calma que escondía un gran nerviosismo. Mi preocupación por no ser lo que usted esperaba. Nuestro primer abrazo. Sentir su cuerpo por primera vez. Saber que todo esto no era parte de un sueño y saber que todo esto era una realidad. Una realidad que estuve buscando por mucho tiempo. Cuando estábamos en esa escalera de Pueblo Paleta (xD) abrazados. Haciéndonos cariño. El lugar de nuestro primer beso. Tierno como es habitual. Luego cuando fuimos al cine a ver (a ratos) El Rey De Los Huevones. "Mi película", le decía. "No te maltrates así", me decía usted. En la oscuridad del cine en el que dimos rienda suelta a nuestro amor. Y nos dimos cuenta que estábamos enamorados. Que ya nada nos podía separar.

¿Por qué me acordé de ese día? No lo sé. ¿Será que la estoy extrañando mucho? ¿Será que esta semana se me ha hecho eterna como para tener que soportar otra semana para verla?

La extraño demasiado, amor mío.